Nuestras canciones sufíes con influencia hindi
DIOS NO CREÓ EL UNIVERSO... LO COMPUSO
( Ariel P., Cuaderno Sufi II, 1994)
Dicen los sabios que Dios no creó el universo: lo compuso.
Cada estrella es una nota, cada río un acorde, cada susurro de viento un leve arpegio perdido entre dimensiones.
Como un músico ciego de eternidad, Dios pulsa las cuerdas invisibles del cosmos, y de sus manos brotan mares, ciudades olvidadas y jardines secretos.
Ella lo sabía.
No con la mente, sino con la sangre ...
Cuando cerraba los ojos y cantaba, su voz era un hilo de plata que recordaba a las flores cómo abrirse, a las olas cómo danzar, a los hombres cómo soñar.
No había diferencia entre su garganta y los trinos de las aves del amanecer; no había frontera entre su piel y las raíces milenarias que susurraban en la noche.
Borges habría dicho que ella era "el eco de una música anterior al tiempo".
Benedetti, que su canto era "una tregua en medio de la tempestad".
Neruda, que su aliento sabía a "pan tierno y uva recién nacida".
Jodorowsky, que su espíritu era "el truco final del mago, la revelación última".
Y Coelho, que María había "descifrado el lenguaje secreto de las almas errantes".
En el escenario, María no interpretaba canciones: abría portales.
Cada nota que nacía de sus labios era una chispa que incendiaba memorias olvidadas en las arterias del mundo.
Cada palabra, una pluma arrancada a las alas de un ángel.
Cada silencio, un abismo donde los sueños descendían para renacer en forma de lágrimas dulces.
Su música no buscaba aplausos.
Su música era un ritual.
Una manera de recordar, como en un espejo roto, que fuimos —y seguimos siendo— parte de una sinfonía infinita.
Y mientras el mundo giraba, sordo y ciego a su propia melodía, María seguía allí:
Descalza sobre el escenario, erguida como un faro de carne y luz, danzando con su vida una plegaria que sólo los corazones despiertos podían oír.
Porque Dios no creó el universo... lo compuso.
Y ella, su eco más tierno y feroz, sigue soplando sobre las brasas del olvido.
Dios no creó el universo... lo compuso.
Y yo ya no soy ni judío, ni cristiano, ni musulmán:
solo amo verla bailar.
"No eres una gota en el océano. Eres todo el océano en una gota." — Rumi.
Giran los derviches bajo el firmamento,
giramos nosotros también, mi amor, en el abrazo de los mundos.
El desierto canta en la lengua antigua de los vientos,
y las caravanas —como notas perdidas en una partitura divina—
siguen la melodía secreta de las estrellas.
"El Amor es mi religión y mi fe." — Ibn Arabi.
Entre tus manos, el vino derrama su rubor sagrado.
Entre mis labios, tu nombre es plegaria sin nombre.
Bailamos —como cisnes dorados— en un cielo de miel y azafrán,
donde el tiempo ya no existe y sólo el éxtasis nos recuerda que estamos vivos.
Somos tantra cósmico,
hilos de luz que se enredan y se funden,
el pulso secreto del universo que danza en espirales invisibles.
"Cuando el alma yace en esa hierba, el mundo es demasiado lleno para hablar de él. Las ideas, el lenguaje... incluso la frase uno mismo... no tienen sentido." — Rumi.
Giramos contigo, mi Dios,
con los pies descalzos sobre la música del todo,
y el corazón entregado como una lámpara ardiente.
No hay pecado donde sólo existe el Amor.
No hay religión donde sólo existe el Asombro.
No hay final donde sólo existe el Inicio Eterno.
"No busques el Amor afuera; el Amor vive en ti." — Rabia al-Adawiyya.
Bebo el vino de tus ojos,
me sumerjo en la marea de tu cuerpo,
y allí, en el lugar donde se besan las galaxias,
te amo más allá de todo nombre, más allá de toda historia,
como el viento ama al desierto, como el fuego ama al cielo.
Giramos, mi amor...
Somos música dentro de la música,
danza dentro de la danza,
Dios dentro de Dios.
"El que conoce el secreto del Amor verdadero ya ha escapado de todas las religiones." — Rumi.
( Ariel P., Cuaderno Sufi II, 1994)
Dicen los sabios que Dios no creó el universo: lo compuso.
Cada estrella es una nota, cada río un acorde, cada susurro de viento un leve arpegio perdido entre dimensiones.
Como un músico ciego de eternidad, Dios pulsa las cuerdas invisibles del cosmos, y de sus manos brotan mares, ciudades olvidadas y jardines secretos.
Ella lo sabía.
No con la mente, sino con la sangre ...
Cuando cerraba los ojos y cantaba, su voz era un hilo de plata que recordaba a las flores cómo abrirse, a las olas cómo danzar, a los hombres cómo soñar.
No había diferencia entre su garganta y los trinos de las aves del amanecer; no había frontera entre su piel y las raíces milenarias que susurraban en la noche.
Borges habría dicho que ella era "el eco de una música anterior al tiempo".
Benedetti, que su canto era "una tregua en medio de la tempestad".
Neruda, que su aliento sabía a "pan tierno y uva recién nacida".
Jodorowsky, que su espíritu era "el truco final del mago, la revelación última".
Y Coelho, que María había "descifrado el lenguaje secreto de las almas errantes".
En el escenario, María no interpretaba canciones: abría portales.
Cada nota que nacía de sus labios era una chispa que incendiaba memorias olvidadas en las arterias del mundo.
Cada palabra, una pluma arrancada a las alas de un ángel.
Cada silencio, un abismo donde los sueños descendían para renacer en forma de lágrimas dulces.
Su música no buscaba aplausos.
Su música era un ritual.
Una manera de recordar, como en un espejo roto, que fuimos —y seguimos siendo— parte de una sinfonía infinita.
Y mientras el mundo giraba, sordo y ciego a su propia melodía, María seguía allí:
Descalza sobre el escenario, erguida como un faro de carne y luz, danzando con su vida una plegaria que sólo los corazones despiertos podían oír.
Porque Dios no creó el universo... lo compuso.
Y ella, su eco más tierno y feroz, sigue soplando sobre las brasas del olvido.
Dios no creó el universo... lo compuso.
Y yo ya no soy ni judío, ni cristiano, ni musulmán:
solo amo verla bailar.
"No eres una gota en el océano. Eres todo el océano en una gota." — Rumi.
Giran los derviches bajo el firmamento,
giramos nosotros también, mi amor, en el abrazo de los mundos.
El desierto canta en la lengua antigua de los vientos,
y las caravanas —como notas perdidas en una partitura divina—
siguen la melodía secreta de las estrellas.
"El Amor es mi religión y mi fe." — Ibn Arabi.
Entre tus manos, el vino derrama su rubor sagrado.
Entre mis labios, tu nombre es plegaria sin nombre.
Bailamos —como cisnes dorados— en un cielo de miel y azafrán,
donde el tiempo ya no existe y sólo el éxtasis nos recuerda que estamos vivos.
Somos tantra cósmico,
hilos de luz que se enredan y se funden,
el pulso secreto del universo que danza en espirales invisibles.
"Cuando el alma yace en esa hierba, el mundo es demasiado lleno para hablar de él. Las ideas, el lenguaje... incluso la frase uno mismo... no tienen sentido." — Rumi.
Giramos contigo, mi Dios,
con los pies descalzos sobre la música del todo,
y el corazón entregado como una lámpara ardiente.
No hay pecado donde sólo existe el Amor.
No hay religión donde sólo existe el Asombro.
No hay final donde sólo existe el Inicio Eterno.
"No busques el Amor afuera; el Amor vive en ti." — Rabia al-Adawiyya.
Bebo el vino de tus ojos,
me sumerjo en la marea de tu cuerpo,
y allí, en el lugar donde se besan las galaxias,
te amo más allá de todo nombre, más allá de toda historia,
como el viento ama al desierto, como el fuego ama al cielo.
Giramos, mi amor...
Somos música dentro de la música,
danza dentro de la danza,
Dios dentro de Dios.
"El que conoce el secreto del Amor verdadero ya ha escapado de todas las religiones." — Rumi.
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"We are not just dancers spinning under the stars.
ResponderEliminarWe are the music itself — the breath of God moving through the endless desert of existence.
May Love be the only prayer on our lips,
and may our souls always remember:
We were made to dance the Universe into being." 🌌🕊️✨
🌹 "The path is love.
ResponderEliminarAs Rumi said, 'Love is the bridge between you and everything.'
As Ibn Arabi whispered to the stars, 'Wherever love is, there God is.'
May this song remind us that peace and love are not dreams we wait for — they are fires we must kindle within.
Let us become what the world is yearning for.
From within to the infinite." 🌍🕊️